El periodista Xavier Aliaga (@xavialiaga) sigue desde cerca lo que acontece en la política valenciana y catalana, aunque lo que actualmente centra su tiempo de trabajo profesional es la sección de Cultura del semanario de información general en catalán El Temps, en el que vierte todo su conocimiento y sus informaciones sobre música, arte, cine y literatura.
¿Qué palabras definen mejor lo que significa el periodismo para tí?
La vocación, el compromiso, el rigor, la honestidad y la curiosidad definen el periodismo.
¿Cuáles son las claves para hacer un periodismo cultural de calidad?
Una mezcla entre el bagaje cultural previo, cuanto más amplio y diverso mejor, y la curiosidad y el saber estar alerta respecto de lo que se está haciendo, de las tendencias, te gusten o no. Eso y leer como un condenado, ver todo el cine, teatro y danza que puedas, o conciertos de música, en directo o por vía audiovisual, y, por supuesto, tratar de escribir lo mejor posible y con el espíritu más literario y creativo que puedas.
¿Cuál es la situación actual del periodismo político en España?
Por un lado es un momento de eclosión política, de interés en la ciudadanía por estos temas, lo que hace que el periodismo político tenga un seguimiento que yo no recordaba. Y si bien la paradoja es que los medios juegan sus bazas editoriales y hay mucha información que parece una derivación de la información deportiva, también hay muchos periodistas haciendo magníficas piezas y seguimientos informativos sensacionales. Y también hay muchos medios digitales de calidad, con muy buenos periodistas. Yo estoy muy orgulloso del trabajo que hacen mis compañeros de política en El Temps. Me parece francamente bueno.
¿Qué opinión te merece el proceso soberanista de Cataluña? ¿Cómo se vive desde la redacción de El Temps?
Es un tema demasiado complejo como para contestar esquemáticamente, pero creo que el principal problema de la lectura que se hace en España del proceso es que no han entendido que se trata de un movimiento ciudadano bastante transversal. No es una apuesta de Artur Mas. Es una auténtica revolución por parte un sector de la ciudadanía harto de que Cataluña sea utilizada como argumento electoral y de la cerrazón del estado a la hora de dialogar y buscar un encaje de una comunidad que, por razones económicas, históricas y demográficas, no es Murcia ni La Rioja. Es otra cosa. Como decía un articulista en El Mundo, “Castilla rompe España”. Creo que es un buen resumen. Otra cosa es que para un partido concreto, como CiU, la independencia se haya convertido en un asidero para tapar sus múltiples vergüenzas, las legales y las ilegales. Pero de eso no tiene la culpa la señora de Torroella de Montgrí que, legítimamente, quiere marcharse de España porque se siente maltratada económicamente y moralmente. Es un tema muy complejo. Po otro lado, los compañeros de la redacción de El Temps en Barcelona viven el proceso muy intensamente, porque en Catalunya es el gran tema informativo. Nosotros lo vemos en Valencia desde la distancia, con interés, pero centrados en informar de una realidad que es muy diferente ahora mismo.
¿Cuál es la fotografía del presente y del futuro que se dibuja en la Comunitat Valenciana con el gobierno tripartito?
Digamos que la puesta en escena ha sido mejor de lo esperado, con aciertos simbólicos, pocos errores y una gestión más que notable de las diferencias. Aunque lo difícil viene ahora, por supuesto, porque hay que ir cumpliendo compromisos electorales difíciles y en un contexto complicado. Me gusta menos que se esté tan pendiente del contexto político estatal, que en función del resultado puedan cambiar las alianzas y los equilibrios. Me parece poco honesto con los votantes valencianos.
¿Qué supone para un periodista acostumbrado a la fugacidad de la noticia televisiva la escritura de un libro?
Es un proceso muy diferente, de paciencia y a largo plazo. Me gustaría poder tener más tiempo para escribir libros, estar más centrado, reflexionar más. Pero cuando me pongo, la sensación es muy gratificante, los tiempos son muy diferentes.
¿Qué es lo que más cuesta en la escritura de libros y cuáles son las gratitudes que recibes a cambio?
Una vez tienes la historia, lo que más cuesta es encontrar el tono, dar con la manera adecuada de contar. Y también es muy difícil darle personalidad a tus novelas, que no parezca el típico libro que se ha escrito miles de veces (aunque algunos funcionan muy bien). Para mí, lo más gratificante es cuando escribes un párrafo, una frase, una página, que te gusta realmente, que se acerca a lo que quieres. Es genial. Y, por supuesto, cuando consigues provocar algo gratificante en los lectores.
¿Cuál es el último libro sobre periodismo o escrito por un periodista que has leído y cuál recomendarías?
De los últimos que he leído recomendaría El periodisme després de Twitter, de Albert Sàez, el subdirector de El Periódico de Catalunya.