La periodista Esperança Camps (@deshabitat) ya jugaba de pequeña a ser locutora de radio con el palo de una escoba. Desde entonces han pasado años no solo de radio en la carrera profesional de la menorquina afincada en Valencia, sino también de televisión en Radio Televisió Valenciana (RTVV), desde su fundación hasta su polémico cierre en 2013, y de prensa escrita y digital. También ha publicado novelas, como la reciente Vertigen, y ha recibido importantes reconocimientos como los premios Joanot Martorell, el de la Crítica dels Escriptors Valencians o el Vicent Andrés Estellés.
¿Qué queda de la niña que jugaba a ser locutora de radio con el palo de una escoba?
Espero que quede mucho. Un agradecimiento infinito y mucha satisfacción porque he podido hacer radio. De mi vocación hice mi oficio y eso es un regalo.
¿Cómo defines el periodismo?
Un oficio necesario e imprescindible sin el que la democracia no existiría. Estoy de acuerdo en eso de que los periodistas deben contar aquello que el poder no quiere se que sepa.
¿Qué ha supuesto la blogosfera a la profesión de periodista?
Le afecta doblemente. Por un lado, el abaratamiento de costes ha facilitado el nacimiento de medios. Por el otro, han aparecido muchos pseudo periodistas que refríen o publican rumores. Se banalizan los contenidos. El periodismo es un oficio que se enseña y se aprende. Cualquiera con un móvil no es periodista. Los rumores no son noticias.
¿De qué manera puede ser sostenible el periodismo a través de blogs y medios digitales?
El lector debe saber que no puede acceder al periodismo de calidad gratis total. El que quiera calidad y buen periodismo debe pagar, como paga el diario de papel.
¿Qué ha supuesto el cierre de RTVV para el periodismo y la lengua valencianos?
Durante los últimos años en Canal 9 se ha hecho poco periodismo. Se ha hecho televisión, programas, informativos, pero periodismo se ha hecho poco. Eso no justifica de ningún modo el cierre del medio. RTVV era un medio que siempre se podía enderezar. Ahora ya no. Por lo que respecta a la lengua, los valencianos no tenemos ningún medio que hable de nosotros o nos hable en nuestra lengua. Eso no le pasa a ningún otro ciudadano del Estado i, si me apuras, de Europa.
¿Volverá RTVV?
En mayo hay elecciones. Todos, excepto el PP, se han comprometido a dotarnos de una radio i una televisión públicas, en valenciano, de calidad, en manos de profesionales.
¿Es la escritura de libros una salida sostenible hoy para los periodistas desocupados?
Los índices de lectura en este país son muy bajos. Se publica mucho. No sé si es una buena salida. Con todo, si el resultado de una buena investigación es la publicación de un buen libro periodístico y se vende, es una buena salida, sí. En todo caso, un buen periodista no tiene por qué ser buen escritor, y viceversa.
¿Qué te aporta la escritura de novela con respecto a la periodística?
Son dos cosas diferentes, pero se complementan. Me hice periodista porque me gustaba contar historias. Supongo que las novelas me permiten contarlo todo más largo, huir del corsé del tiempo. En la televisión tenía que contar una historia en 50 segundos. ¡Una novela tiene 200 páginas!
¿Qué idea principal te gusta transmitir a tus alumnos de la Universitat de València con respecto a la escritura literaria?
El primer día les dije que la literatura es un buen lugar para quedarse a vivir. Y, sobre todo, que siempre deben tener mucho respeto al lector.
¿Cuál es el panorama actual del mundo editorial enfocado a los libros sobre periodismo escritos por periodistas? ¿Reciben interés?
En el mundo anglosajón están los instant book, escritos en poco tiempo sobre algún hecho reciente y puntual. Ahora estamos comenzando a publicarlos aquí. Incluso hay editoriales dedicadas a ellos. Siempre que cumplan con un mínimo de rigurosidad, a mí me parecen interesantes.
¿Qué libro sobre periodismo recomendarías?
Os recomiendo dos: uno teórico y otro que pisa la calle. Se trata de La banda que escribía torcido, de Marc Wingarten, una historia muy irreverente del llamado “nuevo periodismo americano”. El otro es de aquí: Lluitant contra l’oblit, de Laura Ballester, sobre el accidente de Metro de Valencia. Un ejemplo de buen periodismo al servicio de los ciudadanos.
*Nota al pie: las respuestas de Esperança Camps han sido traducidas de la lengua valenciana.