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“El buen periodismo reúne actitudes honestas sin postureos”

Rafa Ruíz. Entrevista 360 Grados Libros
“En el sector de la literatura infantil hay muy buenas pequeñas editoriales, con mucho criterio y ganas de innovar”

El periodista Rafa Ruiz (@rafaruizmad) ha volcado toda su carrera profesional en acercar de manera veraz y de calidad el periodismo cultural y medioambiental más comprometido al lector. Durante 25 años en El País; ahora desde la revista El Asombrario (@ElAsombrario). También ha sacado tiempo para fomentar el amor a la naturaleza entre los más pequeños a través de la literatura infantil con Toletis y Toletis. 4 estaciones (Nubeocho Ediciones, 2014 y 2015).

 ¿Eres más de prensa de papel, digital, radio o televisión para informarte?

Siempre fui ‘hombre de papel’, pero últimamente le doy más a lo digital, y mis seguidos y seguidores en redes me sirven de criba para seleccionar lo más interesante del día.

¿Cómo definirías el buen periodismo?

No es el que presume de independiente y objetivo, ni el aséptico y falsamente equidistante -porque eso no responde a la verdad-, tampoco el demasiado agresivo; el buen periodismo es el que reúne actitudes honestas y enfoques originales, cercanos a la gente de la calle, sin soberbias ni postureos.

¿Se hace un buen periodismo medioambiental en los medios generalistas españoles? ¿Y cultural? ¿Y en los especializados?

Medioambiental: ni bueno ni malo; en los medios generalistas, sencillamente no se hace. El cultural, en esos medios, adolece demasiado de la agenda que marcan los poderes fácticos de la industria cultural. En los especializados hay de todo. Hay buenas revistas literarias, por ejemplo. De medioambiente, menos; apenas hay. Destacaría las revistas Quercus y La ballena blanca.

¿Qué es importante tener en cuenta para confeccionar un artículo divulgativo sobre medio ambiente o ciencia atractivo y de calidad?

Sobre todo, trascender el enfoque demasiado cerrado, ir más allá y proyectar la repercusión sobre todos los aspectos de nuestra vida de los problemas ambientales. Pienso que a menudo ha habido mucho interés del discurso dominante capitalista para reducir todo lo relacionado con medio ambiente a aspectos demasiado constreñidos, para hacer ver a la gente de que su interés es limitado. Nada más lejos de la realidad.

Un clásico: ¿es preferible un periodista especializado en ciencia para escribir sobre ella o un científico con conocimientos sobre escritura periodística?

Si se sabe comunicar, ambas fórmulas son buenas, no tienen por qué ser excluyentes. Lo importante es saber contarlo y hacerlo atractivo para enganchar al público. Es como si nos preguntamos: ¿qué es mejor un buen periodista especializado escribiendo reseñas y críticas literarias o un buen escritor redactando reseñas y críticas literarias? Pues los dos.

¿Existe esperanza para el periodismo a través de los medios nativos digitales o los tradicionales adaptados – o no – al digital ofrecen buenas prácticas periodísticas todavía? ¿Qué queda por hacer en periodismo?

Claro que hay futuro en muchas versiones. Siempre que haya vida y sucedan cosas, se necesitará gente que lo sepa contar. En papel o pantallas, sinceramente: ¿qué más da? Dejemos que la historia fluya sin preguntarnos ni flagelarnos cada semana sobre qué está pasando con nosotros, los periodistas.

¿Se podría recomendar a quienes hoy estudian Periodismo que se especialicen en periodismo ambiental como salida profesional poco explotada, pero de gran interés y relevancia?

Por supuesto. Lo dijo el politólogo, filósofo y pensador Sami Nair en el último Congreso de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), celebrado el pasado noviembre: “son tan enormes los retos que plantea el medio ambiente en este siglo, que tenéis mucho más futuro que los periodistas políticos o culturales”.

¿Qué aporta un periodista como tú a la literatura infantil? ¿Con qué la nutres a nivel narrativo, informativo, etc.?

Tras 20 años ejerciendo como periodista en El País, muy volcado en contenidos de medioambiente, y por mi procedencia de un pequeño pueblo del norte -con todos mis antecedentes familiares ligados al campo-, pensé que podía aportar algo a una narrativa infantil más pegada a la naturaleza, algo que no abunda.

¿Cómo te enfrentas a la escritura de un libro? ¿Es más complicado que plantearse la redacción de un artículo periodístico?

Por supuesto que es más complicado, porque eres consciente de que un libro va a perdurar -y quieres que así sea- mucho más que un artículo. Va a tener una vida más larga y sólida. Cuando me siento a escribir un nuevo libro, necesito ante todo mucha tranquilidad alrededor, serenidad de ánimo, olvidarme de los recados urgentes y nimios del día a día, y concentrarme en esa ‘vida paralela’. Convivir con los personajes y dejarles a ellos que se expresen.

¿Cuál es el panorama actual del sector editorial en el campo de los libros sobre divulgación científica? ¿Reciben interés?

Realmente no estoy muy al tanto. Últimamente me he volcado más en el sector de la literatura infantil y ahí sí puedo decir que hay muy buenas pequeñas editoriales, con mucho criterio y ganas de innovar. Respecto a las grandes, es más de lo mismo: van más a lo fácil, que, en cuestión de textos, suelen ser traducciones.

¿Cuál es el último libro que has leído sobre periodismo o escrito por un periodista y cuál recomendarías?

Considerándola una gran periodista y cronista, lo último que he leído y recomiendo es Noches sin dormir, de Elvira Lindo.