Sobre comunicación, periodismo, sociedad de la información y telecomunicaciones reflexiona semanalmente el periodista David Martínez (@dmartinezpr) a través de su blog Comunicación y otras chicas del montón, cuyos post ha querido acercar al público ávido de lectura en papel con el “no manual al uso” Comunicación POP: del periodismo de marca a la marca personal.
¿Has migrado a la lectura de prensa a través de la tableta o del móvil o todavía eres de los que (simbólicamente) se pringan las yemas de los dedos pasando páginas de papel?
Me costó vencer esa inercia romántica que me arrastraba a los quioscos buscando la prensa de papel, pero, al final, se impuso la razón y llevo años sin pringarme de tinta las yemas de los dedos, ni siquiera en domingo. Mi lectura es en internet y, la mayor parte de las veces, llego a las noticias a través de las redes sociales, en especial Twitter.
¿Cómo definirías el buen periodismo?
No sé cuál es el buen periodismo, así en general; me conformo con tratar de definir lo que busco yo en el periodismo: una herramienta de comprensión del mundo. O, por lo menos, el mundo que dibujan mis intereses.
¿Qué características define a la actual sociedad de la información?
Son obvias las grandes oportunidades de información y conocimiento que proporcionan las nuevas tecnologías, pero la sociedad digital se enfrenta a un problema creciente: el ruido. De esta forma, aunque suene a paradoja, quizás una de las características que define a la sociedad de la información es la dificultad de informarse. Frente al sueño de la desintermediación, surge la necesidad de poner orden en el caos, de destilar el inmenso flujo de datos para convertirlo en algo digerible, comprensible, útil. Y en esta labor, junto al esfuerzo de cada individuo conectado, juega un papel fundamental el periodismo.
¿Existe esperanza para el buen periodismo a través de los medios nativos digitales o los tradicionales adaptados – o no – al digital ofrecen buenas prácticas periodísticas todavía? ¿Qué queda por hacer en periodismo?
No solo existe esperanza, sino que en los últimos meses están surgiendo nuevos proyectos periodísticos que confirman cierto optimismo dentro de un sector que, inevitablemente, se enfrenta a una reconversión industrial. Un proceso de cambio que no cuestiona la necesidad del buen periodismo sino que busca hallar soluciones para rentabilizar esta actividad profesional. En cuanto a qué queda por hacer, quizás la respuesta sea que queda por hacer todo, algo que no es novedoso. Por la propia naturaleza del oficio, el ayer siempre se subordina al hoy y al mañana y eso sigue siendo válido en el nuevo panorama digital.
¿Se hace actualmente un buen trabajo periodístico a través de las redes sociales? ¿Qué crees que domina las redes a nivel periodístico? ¿Qué cualidades debe presentar ese buen trabajo periodístico en las redes?
En general, las redes se utilizan como vía de difusión y ampliación del alcance de las noticias publicadas en los medios con lo que, el buen periodismo de las redes, se corresponde con el buen periodismo que se hace fuera de ellas. Por desgracia, la búsqueda del clic hace que a menudo la supuesta viralidad de una información se imponga al rigor exigible en la labor periodística, un fenómeno que también se da en relación con la inmediatez. ¿Cuántas veces los medios han matado y resucitado a alguien en las redes? Sin embargo, frente a estos peligros y malas prácticas se dan casos de gran periodismo que surge en las redes y las utiliza con inteligencia para proporcionar información relevante a la ciudadanía, la característica que mejor define el buen trabajo periodístico. Como ejemplo concreto valga el de Alberto Sicilia que, a través de su perfil en Twitter – @pmarsupia – nos ha contado la crisis económica griega o la tragedia de refugiados e inmigrantes en la frontera de Macedonia.
¿En qué consiste el actual periodismo de marca que se desarrolla en España? ¿Está todavía ‘verde’? ¿Qué necesita para madurar?
Detrás de las compañías y marcas hay información valiosa que estas pueden comunicar de forma directa, aprovechando las herramientas digitales a su alcance, sin contar con los intermediarios tradicionales. De esta forma surge una actividad a la que se ha dado el nombre de periodismo de marca porque adopta formas muy próximas a las del periodismo que, por otra parte, está muy “contaminado” por la fuerza de sus anunciantes. Quizás el paso de la forma al fondo sea lo siguiente que deberá afrontar esta nueva dimensión de la comunicación corporativa para llegar a una cierta madurez. Por el momento nos encontramos con más contenidos de marca, con un fuerte peso del elemento publicitario, que con ejemplos de periodismo de marca. Esto último requiere de un coraje y una apuesta por la transparencia, también una dotación de recursos suficientes, que pocas compañías pueden o quieren afrontar todavía.
¿De qué manera pellizcas conciencias a través de tu libro Comunicación Pop?
El libro es una recopilación de textos de mi blog Comunicación y otras chicas del montón, que pretenden invitar a la reflexión en comunicación, periodismo y redes sociales a través de mis propias reflexiones, aunque también caben digresiones, anécdotas reales o imaginadas o, incluso, juegos de palabras. Son tiempos de incertidumbre y preferí huir de los manuales al uso para ofrecer al lector una experiencia distinta, quizás menos académica y útil, pero espero que más divertida e inspiradora.
¿Cuál es el panorama actual del sector editorial en el campo de los libros sobre periodismo o escritos por periodistas? ¿Reciben interés?
En general, me parece que en los últimos años ha habido una cierta burbuja de libros y reflexiones en red en torno a la comunicación y el periodismo, aunque es normal por el momento de cambio en el que nos hallamos y la facilidad que todos tenemos ahora para hacernos oír. El mundo editorial ha seguido esta tendencia y ha lanzado un gran número de volúmenes dedicados a estos asuntos, si bien tengo dudas sobre su acogida entre los lectores a los que van dirigidas estas propuestas. Quizás les interese, pero no sé si eso se traduce en grandes cifras de venta de libros. En mi caso no, aunque tampoco era el objetivo principal, ya que los textos recogidos en Comunicación POP: del periodismo de marca a la marca personal están en mi blog y se puede leer de forma gratuita.
¿Cuál es el último libro que has leído sobre periodismo y cuál recomendarías?
He vuelto a leer Basta de Mentiras, una antología de periodismo de investigación que siempre recomiendo, aunque en pequeñas dosis y combinando su lectura con algún texto menos duro que invite al optimismo sobre la especie humana y la profesión periodística. Para esto último propongo Optimismo para periodistas, del amigo Miquel Pellicer y Marta Franco. Y en lo que se refiere a comunicación corporativa, conviene releer de vez en cuando Propaganda, de Bernays.