El periodista Juan Pedro Molina Cañabate ha centrado su carrera en la docencia para transmitir a sus alumnos todo su savoir faire y sus conocimientos sobre comunicación corporativa en la Universidad Carlos III de Madrid. Ha lanzado el libro Introducción a la Comunicación Institucional a través de Internet (Ed. Grupo 5. 2011) y ha colaborado en la publicación de otros títulos de similar temática.
¿Cómo definirías el buen periodismo en pocas palabras?
En contar todo lo que está pasando aunque sea doloroso.
¿Existe esperanza para el buen periodismo a través de los medios nativos digitales o los tradicionales adaptados – o no – al digital ofrecen buenas prácticas periodísticas todavía? ¿Qué queda por hacer en periodismo?
Creo que existe y existirá si, conservando su esencia, aporta contenidos de valor y se adapta a las plataformas y a las circunstancias, como los nuevos hábitos de los usuarios en el consumo de información. La asignatura que veo pendiente en el periodismo es que el autor de una pieza periodística, una vez publicado su trabajo, tenga más interacción con los públicos. Pero esto no siempre es posible por el trabajo a destajo que debe realizar el profesional. Por otro lado, déjame hablarte del oficio en el que me zambullí después de ejercer el periodismo: la Comunicación Corporativa. Es una salida profesional apasionante para todos los estudiantes de Periodismo y para todos los periodistas que están a la búsqueda de empleo, si tenemos en cuenta que todas las empresas forman parte de la sociedad-red se han convertido en empresas que informan y, por lo tanto, necesitan profesionales de la información.
¿Qué función cumplen los investigadores y docentes de Periodismo para el crecimiento, mejora e, incluso, salvación del propio periodismo y de los medios de comunicación?
En primer lugar, muchísimos investigadores y docentes de Periodismo son profesionales en activo de este oficio. Son vasos comunicantes entre la formación académica y la práctica. En segundo lugar, la docencia y la investigación suponen, entre otras cualidades, diálogo, reflexión, huida de los dogmas y autocrítica. Estas cualidades son hoy más necesarias que nunca, también en periodismo y en comunicación corporativa. Has hablado de salvación del periodismo. Creo que es un matiz interesante. El periodismo, en sí, no se está muriendo: lo que se está muriendo es un modelo empresarial y económico que hace que la empresa periodística clásica hoy no sea viable económicamente.
¿Qué tiene de gratificante la investigación y docencia en comparación con el trabajo como periodista, propiamente dicho, en medios?
Lo más gratificante, de verdad, es estar con personas de veinte años que tienen sueños y ganas. Si te paras a pensar, dada la crisis de la empresa periodística que hay en España, si una persona ha elegido cursar Periodismo en vez de hacer otro Grado denota, como mínimo, que tiene vocación, curiosidad, ansia de aprender y base cultural amplia. También (quizá es una opinión demasiado subjetiva) diría que tienen nobleza de corazón y valentía. Yo defenderé siempre a mis estudiantes.
¿Crees que es más complicado explicar a sus alumnos universitarios lo que es el buen periodismo o practicarlo en tus publicaciones?
Creo que son dos magnitudes no comparables y no se puede generalizar. Cada grupo y cada estudiante es un mundo (y me gusta que sea así), al igual que cada texto o cada trabajo publicado ve la luz en circunstancias distintas.
¿Cuáles son las claves para que un portavoz político se dirija a la sociedad a través de los medios de comunicación de forma clara y elocuente?
Personalmente creo que la clave reside en que los políticos deben tener presente que vivimos en una época de crisis de las instituciones y de crisis de la autoridad. Y que, en la sociedad-red, los intermediarios que no aporten valor tienden a desaparecer. Políticos, periodistas y profesores, por ejemplo, somos intermediarios. Y, por lo tanto, desapareceremos si no ofrecemos valor.
¿Cómo te enfrentas a la página en blanco cuando te dispones a arrancar la escritura de una obra literaria?
Cuando escribo ficción imagino el principio y el final. El desarrollo de la historia es unir esos dos puntos. A veces, la lógica narrativa me lleva por unos lugares u otros o incluso cambiar el final. Pero escribir es un ejercicio fascinante de autoconocimiento y de explorar tus límites. Mi tesis doctoral versó sobre los personajes femeninos de Adolfo Bioy Casares y, gracias a ello, estudié Teoría del Personaje. El sistema actancial de Greimas, por ejemplo, facilita la arquitectura de una trama argumental.
¿Cuál es el panorama actual del sector editorial en el campo de los libros escritos por periodistas? ¿Reciben interés por parte del público?
Hace poco Imma Turbau dijo que, gracias a la concepción transmedia de la comunicación, está quedando obsoleto el término “libro” como obra cerrada y conclusa. Esta observación es muy acertada. Independientemente del soporte, las nuevas tecnologías propician que un trabajo intelectual, como un texto, siempre esté abierto a la actualización, a la mejora, al criterio de otros públicos. El libro, con formato tradicional o no, debe estar abierto o tener ramificaciones en otras plataformas y cada una de estas plataformas, como dice Henry Jenkins, acerca del fenómeno transmedia, debe aportar valor distinto y complementario a la historia central.
¿Ayudan las ferias del libro españolas a mejorar su lectura?
Las ferias del libro tienen su función y es importante. Cuando yo fui dircom de la Feria del Libro de Madrid me di cuenta de lo importantes que son para que editores, autores, libreros y distribuidores estén en contacto directo y humano con los lectores. A muchos autores se les quitaría el ego de golpe (esos famosos “ataques de autor”, como decía un editor) si supieran qué difícil es vender un ejemplar de un libro.
¿Cuál es el último libro que has leído sobre periodismo o escrito por un periodista y que recomendarías?
Por una parte, es tal el volumen de publicaciones y tienen una vida tan corta que, ahora, en el momento en que estoy a punto de decirte dos o tres títulos, ya se están quedando obsoletos. Por otra parte, y para no cometer agravios comparativos, quiero decirte que tengo la grandísima suerte de ser usuario habitual de la Biblioteca de mi universidad, la Carlos III, que optimiza al máximo sus medios y posibilidades y, además, cuenta con grandes profesionales. Gracias a ellos, la comunidad universitaria maneja casi todos los últimos títulos. No recomiendo ningún título. Lo que recomiendo es que la gente lea libros de periodismo escritos por periodistas porque es una elección segura.