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“Hay buenos periodistas que no escriben demasiado bien”

Agus Morales. Entrevista 360 Grados Libros
“El mundo editorial está perdiendo el miedo que tenía a publicar trabajos de no ficción confeccionados por periodistas”

Escribidor o mal escritor. Narrador omnisciente. Pero, ante todo, periodista. Y de los que todos hemos soñado al entrar por primera vez en las aulas de la universidad. De los que cuentan historias alrededor del mundo para despertar mentes, desmentir prejuicios y hablar desde el ojo subjetivo de la víctima. Agus Morales (@agusmoralespuga) ha recorrido países africanos, árabes y orientales como comunicador freelance, aunque actualmente centra todos sus esfuerzos en engrasar la sala de máquinas de la revista de información internacional 5W (@revista5W).

¿Es necesaria la vocación para que una persona decida enfrascarse en un terreno laboral tan complicado como es el periodismo?

Si descontamos la locura, la vocación es uno de los pocos motivos que se me ocurren para dedicarse al periodismo.

Parafraseando el broche de oro de la biografía profesional de tu web. ¿Es el periodismo una buena vía para encontrar “la palabra, prioridad máxima” de tu “espíritu”?

Decía Juan Ramón Jiménez: “Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas“. De eso va la poesía. El periodismo de alguna forma también, pero evidentemente tiene muchas facetas fundamentales (olfato, búsqueda de fuentes, etc.) al margen de eso. Hay buenos periodistas que no escriben demasiado bien.

Te consideras un “mal escritor”. ¿La profesión de periodista puede conducir a esta definición tras tantos años de trabajo?

Supongo que eso me lo preguntas por aquello de “escribidor” que pongo en mi biografía, y que significa mal escritor. Digo escribidor porque me gusta escribir, pero la palabra escritor me trasciende. Me gusta la palabra escribidor, ya que está más próxima al acto de escribir que a la persona que escribe, el escritor. Respecto a la pregunta, ¿te refieres a si ejercer el periodismo puede empujarnos a escribir peor? Sí, desde luego, puede pasar. Sobre todo, y según el medio y los formatos, se pueden adquirir vicios. Pero hay que escribir.

¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes del trabajo freelance para un periodista?

¿Ventajas? Eres más libre. ¿Inconvenientes? La incertidumbre. De todas formas hay muchos otros compañeros que tienen mucha más experiencia que yo en este terreno. Ahora mismo intento hacer colaboraciones, pero sobre todo estoy centrado en la Revista 5W, que acabamos de lanzar.

¿Se hace buen periodismo internacional en las grandes cabeceras españolas? ¿Qué tienen y qué les falta?

Sí, claro que sí. El problema es la continuidad y el espacio. ¿Qué tienen y qué les falta? Tienen a los mejores profesionales, en plantilla o a su alcance como colaboradores. Les falta, en muchos casos, darles bola. Es cierto que la sección de internacional siempre ha sido peculiar: hay otras áreas más estratégicas. Pero ahora, por ejemplo, dirige El Mundo alguien que ha estado siempre en Internacional: David Jiménez. Siempre hay motivos para la esperanza, no creo que tengamos que hacer análisis catastróficos. En 5W hemos intentado, de hecho, reunir a muchos freelance que trabajan en los rincones más inhóspitos del mundo y crear una plataforma y un espacio para contar lo que pasa en el mundo. A veces es solo cuestión de dar salida, dar cauce, a algo que está ahí, ante nosotros.

¿Cuáles han sido los momentos más difíciles y también los más apasionantes que has vivido como periodista en África y Asia?

Uf, ya no lo sé, se me amontonan los recuerdos y los sentimientos, todo es un río que se hace cada vez más denso. Cada vez estoy más confuso. No me gusta hablar de lo que siento porque desvía el foco de lo importante: las historias de las personas, que es lo que intento contar. Pero si tengo que elegir: la muerte de Osama bin Laden (2011), los atentados de Bombay de 2008, la epidemia de ébola en 2014 (sobre todo en Liberia), el barco de rescate de MSF que navega entre Libia e Italia, y recorrer la ruta de los refugiados hacia Europa. Y, más que todo eso, las personas que conocí en esos lugares. Rebobino cada día, pienso en alguno de esos escenarios y personas cada día.

¿Cuáles son las claves para llevar adelante un documental que sea entretenido y atractivo para el espectador al tiempo que aporte información de calidad?

No lo sé, yo solo he hecho un documental web (Éxodos) junto a Anna Surinyach y Quim Zudaire, para MSF. La información de calidad solo tiene un secreto: trabajo. En cuanto a conectar con el público, eso ya es más difícil. ¿Qué funciona y qué no funciona? Y, sobre todo, ¿cuándo? Lo que hoy no funciona mañana sí, la historia de la literatura, por ejemplo, está llena de casos así. Hay algo secreto ahí. A no ser que te tires al sensacionalismo o a los productos de masas. Aunque también tienen su secreto, no te creas.

¿Cuál es el panorama actual del mundo editorial enfocado en los periodistas y comunicadores que escriben o no temática periodística? ¿Reciben interés?

Este año, por ejemplo, ha salido Océano África, de Xavier Aldekoa. Es su primer libro y está funcionando muy bien. Creo que el mundo editorial está perdiendo el miedo que tenía a publicar trabajos de no ficción confeccionados por periodistas. Algunas editoriales (una inmensa minoría) incluso se dedican a eso. Fíjate en Libros del K.O.: apuestan por la crónica periodística de forma casi suicida. Quizá el tiempo acabe demostrando que no estaban equivocados. Su catálogo es fantástico.

¿Cuál es el último libro que has leído sobre periodismo y cuál recomendarías?

El último que he leído es El Hambre, de Martín Caparrós. ¿Cuál recomendaría? Océano África, de Xavier Aldekoa. Como ya he hablado de él antes, recomiendo otro: Áfricas, de Bru Rovira.