Charlamos con la periodista Helena Crespí (@Helena_Crespi), que ha madurado su carrera profesional desde las ondas hertzianas de Radio Nacional de España (RNE), donde se ha especializado en información política y de tribunales. También es miembro de Corresponsales de Paz (@C_dPaz) , red de antiguos alumnos de la Universidad Francisco de Vitoria (Madrid) y profesionales de la comunicación comprometidos con mejorar la práctica de la comunicación social en España.
¿Qué palabras o conceptos definen el buen periodismo?
Búsqueda de la verdad, objetividad, buena comunicación. Hay muchos tipos de periodismo, pero siempre se debe partir de la curiosidad, acercarse desde la franqueza a los temas y transmitir el mensaje con claridad y humildad. El periodista nunca es la noticia.
¿Qué han supuesto Internet, las redes sociales y la aparición de medios nativos digitales para la evolución del periodismo y de la profesión de periodista?
Es una nueva vuelta de tuerca. El periodismo debe adaptarse y aprovechar las herramientas que ofrecen los nuevos medios tecnológicos, pero eso no significa la desaparición de los tradicionales. Deben poder convivir. Los medios digitales aportan frescura y rapidez. Ofrecen mil versiones de portadas diarias. Aunque a veces esa premura y la búsqueda de grandes titulares pueden hacer descuidar la información. Las redes sociales han revolucionado todo. Se transmiten minuto a minuto las ruedas de prensa, las noticias. Y hay periodistas más preocupados por ser el primero en twittear que por digerir la información y difundirla en sus propios medios. Hay riesgos a tener en cuenta y quizá los periodistas necesitemos un tiempo de adaptación para dar a cada cosa su espacio y su lenguaje propio.
¿De qué manera trabajáis desde Corresponsales de Paz por mejorar la calidad del periodismo y por la formación de los alumnos de Periodismo de la Universidad Francisco de Vitoria?
La mayoría de los Corresponsales de Paz son también profesores en la Universidad así que está todo muy entrelazado. El grupo de Corresponsales de Paz lo formamos ex alumnos de la UFV y se creó con un objetivo: replantearse el periodismo. Cambiar el enfoque buscando la verdad por encima de sensacionalismos. En definitiva, mejorar la práctica de la comunicación social. Nos definimos como think tank y nos reunimos mensualmente con expertos para trabajar sobre distintos temas de actualidad. Escuchar, preguntar, debatir y sacar conclusiones. Desde hace unos meses estamos presentes en la redes sociales y pronto es posible que también en los medios de comunicación.
Te has especializado, sobre todo, en el trabajo en soporte radiofónico. ¿Qué puntos clave tiene la radio que la diferencian a nivel periodístico y de calidad de los demás soportes comunicacionales?
El valor fundamental de la radio ha sido siempre la inmediatez. Aunque ahora con los medios digitales todo está cambiando. La radio es el medio por el que la gente suele informarse antes. En RNE la información fluye y se renueva constantemente gracias sobre todo a los boletines y titulares de Radio 5. Hay redactores en cada punto de la noticia y gracias a la técnica se transmite con buena calidad de sonido prácticamente desde cualquier sitio. Además, la radio permite al oyente hacer otras cosas mientras consume la información/entretenimiento. Puede ir conduciendo, dar un paseo, hacer cosas de casa, trabajar. Para mí sigue siendo el medio más vivo y más dinámico. Y, por qué no decirlo, también el más mágico.
¿Qué se debe tener en cuenta para dar una información en directo clara y de calidad en radio?
En primer lugar, hay que contar lo último. Actualizar la información, ir directo al grano y sintetizar. Usar un lenguaje cercano y comprensible por el oyente, no demasiado especializado. Las noticias en radio no deben pasar de un minuto (tope minuto y medio) y debe llevar testimonios (cortes) siempre que se pueda. También hay que cuidar la calidad del sonido, tanto a la hora de grabar los testimonios como a la hora de transmitir. Por tanto, hay que evitar el sonido telefónico y entrar a través de línea siempre que se pueda.
¿Alguna vez tuviste miedo al micrófono? En caso afirmativo, ¿cómo lo superaste? ¿Cómo te enfrentas o te preparas para un directo a nivel físico y mental?
Miedo quizá al principio, como todos. Pero también tenía muchas ganas de hacer “micro”. En cuanto empiezas a rodar le coges el gustillo y el miedo se transforma en nervios. Los nervios son buenos mientras no paralicen porque te hacen estar alerta y transmitir con viveza, pero hay que saber controlarlos y que no te controlen a ti. Antes de un directo solo necesito concentrarme. Recordarme dónde estoy y qué quiero transmitir.
¿Qué hay que tener en cuenta para cubrir y para ofrecer al oyente una información política o parlamentaria?
En la información política es más importante que nunca procurar ser objetivo e imparcial. Dejar al margen tus gustos e ideologías y hacer una información completa, equilibrada y lo más cercana a realidad posible. Muchas veces eso supone huir de los grandes titulares que tanto nos gustan y de las exclusivas hasta no tener la información bien atada. En el Congreso se trabajan mucho las famosas “fuentes”. Los corrillos en los pasillos son parte del día a día. Fuera de cámara los políticos suelen aprovechar para desmentir o confirmar informaciones con periodistas. Pero hay que tener cuidado y contrastar bien las fuentes. Si no al final transmites la versión de alguien y no la verdad.
¿Cuáles son los momentos concretos más especiales o importantes que has vivido como reportera y cuáles desearías vivir o te hubiera gustado vivir?
He cubierto casos judiciales importantes como el Gürtel, los tres de Baltasar Garzón o la ilegalización de partidos del entorno de ETA. Ya en política me ha tocado el caso Bárcenas, Rato o los ERE. Los Debates sobre el Estado de la Nación y las despedidas de la política de Rubalcaba y Guerra. Pero si hay momentos históricos que he vivido como periodista son la abdicación del rey Juan Carlos, la proclamación de Felipe VI y la muerte de Adolfo Suárez. Me hubiera encantado cubrir el 23F o la caída del Muro de Berlín. Y ya en mi época, la proclamación de Obama, la muerte de Mandela o conflictos como la primavera árabe en Egipto. En el futuro me gustaría vivir la elección de un nuevo Papa y la disolución definitiva de ETA.
¿Cuál es el último libro escrito por un periodista que has leído, ya sea sobre periodismo o no, y que recomendarías?
Dispara, yo ya estoy muerto de Julia Navarro. Aunque es novela ofrece una visión muy interesante del conflicto palestino-israelí.