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“La libertad de expresión ha posibilitado que nuestra sociedad evolucione”

"La precariedad (periodística) es la consecuencia de unas políticas pensadas para el enriquecimiento de una élite económica"
“La precariedad (periodística) es la consecuencia de unas políticas pensadas para el enriquecimiento de una élite económica”

Javier López Menacho (@LopezMenacho) asegura que escribe porque es la manera de poder ser todo lo que siempre quiso ser de pequeño: dibujante de cómics, músico y deportista profesional. Pero hay mucho más detrás del autor del aupado por la crítica Yo, precario: hay un superviviente que está comenzando a saborear las mieles del éxito a base de esfuerzo, de pasar por trabajos precarios de todo tipo y de plantarle cara al mundo laboral. En la actualidad, trabaja como redactor publicitario freelance y escribe sobre libros, cómics y NBA para diversos medios. También codirige los espacios de análisis y difusión literaria La Réplica y Espacio Relatado.

¿Cómo fue tu aterrizaje en el mundo del periodismo? ¿Qué te aporta esta profesión?

De alguna manera siempre me siento aterrizando, aunque ya he tenido experiencia en diversos medios. El periodismo obliga siempre a estar alerta, a reinventarse, a ser creativo, preguntarse a cada momento qué enfoque es el adecuado. Me aporta la oportunidad de darme respuestas a los problemas que me plantea la realidad. Y por otro lado, mucho más egoísta, la oportunidad de que me lean, nada más y nada menos.

¿Cómo defines el buen periodismo?

Honesto, comprometido, contrastado, justo, autoexigente y crítico. Son muchos más adjetivos y cualidades que debería tener, muchos de los cuales no poseo, pero podemos empezar por ahí.

Aseguras tener suerte de escribir sobre lo que más te gusta (libros, cómics y deporte). ¿Es complicado, aun así, vivir actualmente del trabajo de freelance? ¿En qué te beneficia y en qué te limita?

Tan complicado que no vivo de ser freelance. Vivo de ser redactor publicitario. Realmente lo vivo como una pasión que me da visibilidad y un dinero extra con el que pagar el alquiler.

¿Qué te aporta la escritura de ficción con respecto al periodismo?

La ficción es la capacidad de vivir otras vidas y de descubrir ideas y pensamientos que, aun teniendo medianamente definidos, necesitas subrayar o marcarles el contorno para afianzarlas. La ficción es tanto vía de escape como una forma de implicarte en la realidad. Está muy bien poder utilizarla a tu antojo. El periodismo, sin embargo, es una necesidad inmediata de comunicar que no puede esperar ni tener ese reposo que tiene la creación literaria. Esto no quiere decir que se haga corriendo, sólo que la transmisión es más urgente. El periodismo es testificar lo que sucede, criticar lo que sucede, plantear lo que sucede, para poder así devorarlo y cambiarlo hacia una realidad mejor. En conjunto me permite seguir viviendo, que no es poco, tener la sensación de que todo esto tiene algún sentido.

Siempre has estado muy vinculado a la literatura y a la escritura de ficción, ¿qué te ha parecido la acogida que ha recibido Yo, precario por parte del público y de los medios?

Absolutamente excepcional. Un libro muy bien recibido por todos los medios. Presente en todos los diarios de tirada nacional, en televisión, prensa, radio. Es imposible no estar agradecido. Solo el hecho de que los periodistas hayan ocupado su tiempo en tratar la precariedad tal y como la veo yo, que se hayan leído el libro, preparado una entrevista, etc., es para estar muy agradecido. Ese es un privilegio de difusión que no todo el mundo tiene.

Afirmas que ha sido arriesgado que se decidieran a publicarte como escritor novel, ¿cómo fue el proceso hasta lograrlo?

Muy sencillo: porque tuve la inmensa suerte de que leyera el manuscrito Enrique Murillo, un editor como la copa de un pino, que sabe acompañar todo el proceso de edición, que cuenta y respeta al autor. En fin, otro privilegio. Modestamente, creo que planteé muy bien el libro, que la carta de presentación era convincente y que tenía el material literario necesario para que alguien apostara por él.

¿Cuál es el trabajo más precario que has tenido, el más extraño y el más gratificante?

Convertirme en una chocolatina gigante de una conocida marca de chocolatinas. Un trabajo genial porque se trataba de repartir entre los niños de ludotecas y centros sociales chocolatinas. Y la ilusión de los niños con personajes así es contagiosa, desbordante. Los “únicos problemas”: que cansa físicamente, que la sociedad no lo valora, y que está muy mal pagado.

¿Ves un proceso de cambio de cara al futuro en cuanto a precariedad laboral? ¿Por qué? ¿Qué crees que es necesario para ello?

No veo un proceso de cambio, más bien al contrario. El gobierno ha posibilitado con sus políticas la precarización laboral e incluso la ha fomentado con su nefasta reforma laboral. Un trabajo ahora se trocea, se divide entre los solicitantes y parece que hay más trabajo, pero no es cierto, se trabajan menos horas y en peores condiciones. La vulgarización del mercado laboral es un hecho que avalan las estadísticas que no retuercen y manipulan los que están en el poder. Creo más en el cambio sociopolítico que a su vez genere el cambio necesario a nivel laboral, que en el cambio laboral por los que están ahora mismo ocupando cargos de responsabilidad. Fíjate, hemos hablado antes de los autónomos que se dedican al periodismo. ¿Cómo pueden vivir de su trabajo un periodista Freelance si tiene que pagar 275€ de autónomo, le retienen el 19% de IRPF y tiene que cobrar el IVA al 21%? Si haces cuentas te percatas de que es un absoluto disparate. La política laboral del gobierno para el trabajador autónomo es igualmente lamentable. La precariedad no es un fenómeno que surge por generación espontánea, es la consecuencia de unas políticas pensadas para el enriquecimiento de una élite económica.

Como amante de los cómics, ¿cómo has vivido el terrible atentado a la revista Charlie Hebdo con la muerte de sus cuatro figuras de la viñeta satírica?

Con absoluto terror y estupor. Y vivo con el mismo terror casi la reacción de muchas personas que justifican esos hechos atroces. La libertad de expresión es sagrada y es lo que ha posibilitado que seamos capaces de criticarnos a nosotros mismos y que nuestra sociedad evolucione. La reacción del gremio, eso sí, ha sido emocionante y de una calidad humana y artística sin parangón. Yo no recuerdo nada igual.

¿Cuál es el panorama actual del mundo editorial enfocado a los libros sobre periodismo publicados por periodistas? ¿Reciben interés?

Sí, creo que tienen mucho interés y que, si das con la idea adecuada, tienes opciones de publicar. Otra cosa es que la industria esté hecha un desastre o que el rédito económico sea bajo o muy bajo. Pero existe mercado potencial e incluso están surgiendo editoriales que, o bien crean una colección editorial periodística-crónica o bien se entregan directamente a ellas como manera de presentarse en sociedad. Se me ocurre como editorial así Libros del KO, Libros del Lince o incluso Candaya, por citar solo algunas. Minoritarias, independientes, pero que si consiguen afianzar sus lectores tienen una oportunidad de supervivencia.

¿Cuál es el último libro sobre periodismo que has leído y cuál recomendarías?

Historias desde la cadena de montaje, de Ben Hamper. Es de Capitán Swing, otra editorial fantástica. Se trata de las vivencias del propio Ben Hamper como empleado de la General Motors. Novelizado, con una ironía brutal, un retrato perfecto de clase obrera norteamericana. Es en la línea de Yo, precario, pero más ácido, más malvado, más bruto. Al final te das cuenta que la precariedad es igual a cada lado del Atlántico. La miseria no conoce fronteras.