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“Una noticia sin un bagaje de conocimiento previo no es demasiado interesante”

“En las redes sociales hay mucho mensaje en caliente, ajetreo y excitación a partir de titulares”
“En las redes sociales hay mucho mensaje en caliente, ajetreo y excitación a partir de titulares”

El politólogo y periodista barcelonés Jordi Armadans (@Jordi_Armadans) lucha desde la dirección de Fundació per la Pau (@FundiPau) por construir un mundo sin violencia y en paz y lo hace a través de un periodismo comprometido que conciencia y da a conocer a la sociedad las propuestas y denuncias de la asociación. También utiliza su blog Malgrat tot para la enérgica tarea de hablar sobre derechos humanos, ética, cambio global y análisis político.

¿Cómo defines el periodismo?

En sentido mínimo, analizar y explicar una realidad concreta. En lo más ambicioso: conectar puntos, encontrar factores explicativos y detectar tendencias para poder interpretar, lo más veraz y honestamente posible, esa realidad.

Te decantaste por el periodismo de paz y de derechos humanos a la hora de ejercer tu profesión.

Más bien diría que me siento periodista y, además, me siento comprometido con la paz y los derechos humanos.

¿Qué características debe contener un artículo de conflictos y paz de calidad?

Muchas cosas, pero, fundamentalmente, no quedarse en los síntomas e ir a la búsqueda de las raíces de los síntomas aparentes. Demasiadas veces se informa de ‘tantos muertos’, ‘tal estallido’, pero poco se dice de por qué ha estallado esa situación de conflicto, cómo se ha llegado a ella y qué factores había encima de la mesa que nos lo podían hacer prever.

¿Se hace en España actualmente un buen periodismo político?

Yo encuentro crónicas, noticias y artículos muy interesantes. Pero, claro, todo eso convive con noticias deformadas, titulares malintencionados, orientaciones más que discutibles, poca profundidad y calidad, etc. Por otro lado, en todo el amplio nuevo periodismo ciudadano y 2.0, hay blogs, tuits y otras iniciativas más que imprescindibles para estar, hoy en día, bien informado. En general, echo en falta en muchas piezas periodísticas contexto o conocimientos previos. Una noticia en si, sin un bagaje de conocimiento previo, sin el contexto y sin un buen diagnóstico de actores referentes, no es demasiado interesante.

¿Cómo se trabaja la política internacional desde los medios españoles? ¿Cómo ha afectado la crisis económica a la calidad de las informaciones internacionales y el descenso de corresponsales y enviados especiales?

Es un problema que viene de lejos: no hay demasiado interés (por parte del público lector, de las empresas periodísticas, etc.) por la información internacional. La crisis, claro, ha agravado esta situación: aún menos corresponsales, menos viajes, menos espacio para Internacional, etc. Al final, sobre temas internacionales, mucha menos atención de fondo y más noticia de impacto puntual. Es cierto que la crisis no ha evitado que buenos periodistas, con colaboraciones puntuales o a través de sus blogs y redes, hayan hecho un interesante y relevante periodismo sobre el terreno. Sin embargo, con mucho esfuerzo personal y enormes dificultades. No parece, claro ni sostenible a largo plazo.

¿Qué han supuesto las redes sociales para el desarrollo del periodismo político?

En positivo, que mucha gente puede emitir mensajes interesantes y relevantes. También, y para mí lo más fundamental, que unos reducidos medios y periodistas no pueden decidir qué es noticiable y qué no lo es. La ‘mirada’ de los grandes medios y de algunos pocos periodistas no es la única vía para emitir, generar, acceder y difundir información política. Y, así, la agenda política se ha abierto mucho más de lo que estaba. En negativo, hay mucho mensaje en caliente, ajetreo y excitación a partir de titulares (a menudo, sin haberse leído el contenido), mucho exabrupto y demasiada descalificación.

¿Cómo nace Fundació per la Pau y de qué manera trabajáis a nivel comunicacional y periodístico?

Nació en 1983 de un grupo de personas (fundamentalmente docentes, maestros, etc.) interesadas en hacer un trabajo de divulgación por la cultura de la paz, la resolución pacífica de los conflictos y el desarme. Estaban convencidas de que la opinión pública era importante para incidir y poder cambiar la realidad. Una buena intuición, sin duda, que en los tiempos actuales se aprecia con mucha más claridad. Intentamos hacer llegar todas nuestras reflexiones y análisis a los medios de comunicación, pero, además, ya hace tiempo que usamos todo lo que nos es posible (web, blogs, redes, etc.) para dar a conocer de forma directa a la sociedad nuestras propuestas y denuncias.

¿Qué valoraciones haces sobre la actual situación de la política catalana y de sus relaciones con la estatal?

Es una época de inestabilidad, crisis y zozobra. En el conjunto del Estado, la crisis económica va de la mano de una crisis del sistema político surgido de la Constitución de 1978. En Cataluña, además, hay una crisis sobre el modelo territorial y de relación. Es innegable que, fruto de muchos factores, existe un significativo sector de la sociedad catalana (da igual si es el 45, el 50 o el 55, pero sin duda relevante) que cree que la actual Cataluña no tiene cabida en la actual configuración del Estado. Y hay una amplia mayoría (incluyendo a una parte de los que prefieren mantenerse en España) que entiende que resolver la situación pasa por que la sociedad catalana decida qué tipo de relación debe existir entre Cataluña y España.

¿Qué ha supuesto, desde tu punto de vista, la llegada de Podemos a nivel político y social?

Más allá de la valoración del sujeto en sí (como partido, su creación, sus dirigentes, sus opiniones, etc.), la aparición de Podemos es un evidente signo de respuesta a la degradación democrática del sistema político. Durante demasiados años, actores políticos e institucionales desatendieron numerosos indicios de crisis pensando que no hacía falta reaccionar y que todo se iría desvaneciendo. Y, al final, la crítica se ha convertido en cada vez más profunda, más global y, para desactivarla, serán necesarios grandes cambios de escenario, sistema y actores.

¿Cuál es el último libro sobre periodismo que has leído y que recomendarías?

Leo más libros periodísticos sobre muchos asuntos y no tanto sobre el periodismo en sí. Sin embargo, recomendaría dos relativamente recientes: 32 tendencias de cambio: 2010-2020 de Juan Freire y Antoni Gutiérrez-Rubí y El último que apague la luz. Sobre la extensión del periodismo de Lluís Bassets. Y uno de un periodista clásico y especialmente querido, Los cínicos no sirven para este oficio: sobre el buen periodismo de Ryszard Kapuscinski.