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“Es posible que el jefe de Peláez tenga más de mí que el propio periodista”

"Muchos periodistas de provincias han rechazado oportunidades profesionales de mayor envergadura por informar de su ciudad, lo que sin duda tiene un mérito extraordinario"
“Muchos periodistas de provincias han rechazado oportunidades profesionales de mayor envergadura por informar de su ciudad, lo que sin duda tiene un mérito extraordinario”. Foto: Marga Ferrer.

Nos llegan nuevos cables a la oficina de 360 Grados Libros. Bueno, son cables un poco más largos. ¡Ah! Y tienen preguntas. Y respuestas. Pero también hablan dos personas metidas en periodismo. Vaya, no son cables, sino una entrevista. Despistes del directo.

David Barreiro (@_davidbarreiro) ha abandonado por un rato la redacción del destartalado periódico local de Peláez para visitar la nuestra y contarnos más acerca de los personajes que un día vieron la luz a través de las redes sociales y que estas últimas semanas estamos orgullosos de dar voz dentro de Peláez. Historias de un periodista de provincias.

Desde que se licenció en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca, Barreiro ha compaginado el ejercicio de la profesión periodística con el cine y la literatura, después de completar su formación con el Máster en e-Business (ICADE) y la diplomatura en Guión y Dirección Cinematográfica por el Instituto del Cine de Madrid. Ha escrito guiones de cortometrajes, relatos cortos, poemas y novelas que le han reportado galardones como el de Relatos Policiacos de la Semana Negra, el Premio Asturias Joven de Narrativa, el Premio Agustín González de Teatro y, más recientemente, el Premio Teatro Exprés en el XV Salón del Libro Teatral.

Como antaño nacían los personajes de cómic de una sencilla viñeta en un periódico, Peláez surgió de las redes sociales, ¿por qué te lanzaste a exponer estos diálogos irónicos y (casi) de besugos?

Fue una reacción ante la crisis en la que estaba sumido nuestro país. La reforma laboral, los recortes, los despidos, el aumento del paro. Quería tratar estos temas desde la distancia que aporta el humor. Me decidí por una redacción de periódico porque en ese espacio se recoge lo que sucede más allá de sus paredes, la realidad exterior, y eso me daba la oportunidad de tener unos personajes fijos en un espacio fijo, hablando sobre todo lo demás.

¿Cómo definirías a Peláez y a su jefe?

Peláez es un periodista local de la vieja escuela, siempre pendiente de contar a sus conciudadanos lo que sucede a su alrededor. Es un hombre honesto, íntegro y amante de su profesión. Una especie en extinción, vamos. En cuanto a su jefe, sólo le interesa aquello que pueda llenar su estómago o sus bolsillos. Lo demás, para él, no existe. Juntos, sin embargo, se complementan y han conseguido sacar adelante una cabecera en constante crisis. Algunos días se odian y otros se aman, pero siempre se necesitan.

¿Qué tienes o has tenido de Peláez a lo largo de tu trayectoria?

Poca cosa. Nunca he trabajado en prensa local, más allá de algunas prácticas de verano durante la carrera. Ni siquiera tengo su honestidad ni su vocación.

¿Te has topado con algún jefe como el de Peláez?

La verdad es que no. Ni siquiera creo que exista alguien como el jefe de Peláez más allá de la ficción. Sí que hay elementos que he captado de la realidad, pero, como todos los personajes que un escritor compone, no se inspira únicamente en una persona, sino en otras muchas. Es posible que el jefe de Peláez tenga más de mí que el propio periodista. De hecho, mientras hablo contigo, me están entrando ganas de callos a la madrileña. Así es la vida del autor, sus personajes lo devoran.

¿Consideras más importante que los medios de comunicación cuenten con directores periodistas con conocimientos comerciales y/o empresariales o empresarios con conocimientos de periodismo, como ridiculizas a través del jefe de Peláez?

Es difícil generalizar y complicado trazar un “perfil ideal”. Eso lo hacen los departamentos de recursos humanos, los headhunters y demás, y casi siempre se equivocan. No creo que el director de un periódico tenga que ser periodista necesariamente. Tiene que ser un buen gestor, tanto de números como de personas e incluso de ideas. Pero habría que ir a los casos concretos para determinar quién lo hace bien y quién no, porque las variables que pueden condicionar el trabajo del director son muchísimas.

¿En qué sentido cumple tu libro un merecido homenaje a los periodistas de provincias?

Obviamente, están reflejados en el personaje de Peláez, cuyos valores son los que cualquier ser humano querría, incluidos los periodistas de provincias: bondad, generosidad, talento, trabajo, entrega, honestidad, integridad. Y lo cierto es que muchos periodistas de provincias son así, han rechazado oportunidades profesionales de mayor envergadura por informar de su ciudad, lo que sin duda tiene un mérito extraordinario.

Por la referencia que hace la imagen de la portada de tu último libro, ¿eres más de lectura de prensa tradicional que de digital? ¿En qué sentido se ha ganado y en qué perdido con el paso, cada día más, del tradicional al digital?

Para mí no existen diferencias. Sólo cambia el medio, pero el contenido puede ser extraordinario o pésimo tanto en papel como en formato digital. Existen los buenos y los malos textos, es mi única clasificación.

¿Cómo ves la adaptación de los medios tradicionales locales y comarcales al digital?

Los veo con muchos problemas. En el libro se recogen cierres de varios periódicos locales que tuvieron lugar en los últimos años. Es inevitable porque ni lectores ni anunciantes están dispuestos a pagar en el entorno digital lo que pagaban en papel. Esto supone una caída de ingresos y la imposibilidad de mantener la estructura previa. Es un problema empresarial, relativo al modelo de negocio, no de contenidos o de calidad, que serán tan buenos o malos en la era digital como lo eran en papel. Lo que no sé es lo que nos deparará el futuro.

Actualmente trabajas como community manager para la editorial Estrategias Alimentarias, ¿crees que se puede hacer buen periodismo desde las redes sociales?

Por supuesto: se puede escribir, se pueden subir fotografías o vídeos, se pueden poner enlaces a contenidos originales. Se puede hacer todo lo necesario. Y, de hecho, muchos lo hacen. Otros no.

¿Se podría considerar, de alguna manera, a los community manager de hoy como a los plumillas de la versión digital 2.0?

No me parece la misma profesión. Un periodista llama a sus fuentes, investiga un determinado tema y le da toda la profundidad que le es posible. Un CM suele tratar varios temas y busca “generar tráfico”. La inmediatez y la viralidad de los contenidos son lo más importante. Casi diría que, aunque ubicados en el ámbito de la información en la comunicación, son trabajos opuestos.

¿Algún libro sobre periodismo local y comarcal que te haya marcado a lo largo de tu formación y trayectoria profesional?

Es posible que leyera algún libro sobre periodismo local o comarcal, pero no lo recuerdo. Recomiendo leer a los buenos y malos periodistas en el ejercicio de su trabajo: en los periódicos. De todos se aprende: lo que hay que hacer y lo que hay que evitar.