La semana pasada tuvimos la oportunidad de contar con las reflexiones y las valoraciones sobre periodismo y emprendimiento de Libros del K.O. (@librosdelko), que nació de la unión de fuerzas y de la búsqueda de oportunidades laborales alternativas a las tradicionales de la profesión. Como guinda nos dejaron un regalo periodístico que da muestra de la capacidad de análisis y de la seña de identidad de esta joven editorial. Su cofundador Álvaro Llorca (@alvaro_llorca) nos recomienda los cinco libros sobre periodismo que rescatan, a su parecer, el mejor e imprescindible trabajo de la profesión de periodista.
Ponche de ácido lisérgico, de Tom Wolfe: “Es espectacular la manera en que Tom Wolfe logra plasmar con palabras sensaciones tan complejas como las que se experimentan con las drogas. Para ello es necesaria una espectacular amplitud de recursos, con la creación de asociaciones personalísimas y la persecución de fórmulas siempre originales. Pero ahí no acaba el mérito de Wolfe: el autor está captando un momento de cambio en la historia de Estados Unidos, realizando un esfuerzo enorme por entender a quienes promueven el cambio”.
Gottland, de Mariusz Szczygiel: “Un buen libro periodístico, a nuestro juicio, debe tener relevancia histórica. Y el periodista polaco Mariusz Szczygiel logra sintetizar buena parte de la historia de Checoslovaquia a través de una acertadísima selección de historias: cada personaje ilustra un rasgo particular del país. En definitiva, se trata de un hermoso mosaico donde cada pieza tiene vida propia, pero que forman un conjunto muy delicado y armonioso”.
La tumba de Lenin, de David Remnick: “Otra vez estamos ante un libro muy trascendente desde un punto de vista histórico. En este caso, el relato es más ambicioso que en los casos anteriores, ya que narra la descomposición de la Unión Soviética. Lo que más me gusta de este libro es la capacidad que tiene el autor para evaluar la trascendencia de cada pequeña historia en el conjunto del relato. La visión panorámica de Remnick es prodigiosa.
La banda que escribía torcido, de Marc Weingarten: “Este libro está publicado por nuestra editorial, pero me parece necesario mencionarlo porque ayuda a comprender y poner en contexto la importancia del Nuevo Periodismo. Se trata de una historia sobre la gestación de los mejores reportajes que se escribieron en el siglo XX, pero contado con un ritmo absorbente. Es un libro muy estimulante. De hecho, y a una escala modesta, nuestra concepción de la edición bebe del modelo de las grandes revistas estadounidenses de los años sesenta y setenta”.
Los que sueñan el sueño dorado, de Joan Didion: “Joan Didion es uno de esos casos fabulosos en las que la personalidad de un autor se vuelca en cada una de sus líneas. Y cuando un autor tiene cosas que contar y una mirada singular, hay pocas cosas que sean más gratas a la lectura. Ella hizo una hermosa reivindicación de la subjetividad en el periodismo: «Todo aquello que escribo refleja, algunas veces gratuitamente, cómo me siento». Su honestidad y su cuestionamiento constante (tanto de sí misma como de lo que tiene alrededor) son todo un ejemplo”.