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“Los medios antiguos han perdido los papeles por un plato de sopa”

"Internet es el pegamento que nos une y nos hace poderosos"
“Internet es el pegamento que nos une y nos hace poderosos”

Periodismo, flamenco y Nueva York. Tres pasiones que remueven el corazón del periodista madrileño Pablo Herreros (@PabloHerreros) y que impregnan de energía cada una de las palabras que expresa con ese punto irónico, crítico y reflexivo que tanto enriquece una entrevista o una conversación como la que hemos tenido con él.

Comprometido con su profesión al máximo, Herreros compagina las reflexiones que le hacen mantener su mente al tanto de la actualidad periodística en la que nos movemos, a través de su blog Comunicación se llama el juego, con su trabajo como socio-director de Goodwill Comunicación, agencia de comunicación que innova en 2.0.

A finales de 2013 publicó su primer libro El poder de las personas, que aporta una visión de cómo ha cambiado el mundo del periodismo con la irrupción de Internet y con el que el periodista apoya a la Comisión de Ética y Deontología de la FAPE para la “mejora del periodismo”, a través de la donación del 20% de sus ingresos por la obra.

Periodismo, flamenco y Nueva York, ¿combinas de alguna manera tus tres pasiones en tu vida diaria?

De momento no lo he conseguido. A Nueva York he ido 6 ó 7 veces y siempre sueño con que un día me regalen vivir allí algunos años. El flamenco me robó el alma y el baile se metió en mi vida durante 13 años. Sigo conectado como espectador, pero mi tiempo de bailaor terminó (por suerte para el público). En cuanto al periodismo, tengo la suerte de vivir de ello y de disfrutar con los nuevos retos cada día. Eso sí: no se puede ni comparar con el flamenco.

¿Confluye alguno de estos pilares en tu primer libro El poder es de las personas?

Sí, claro, mi profesión. El poder es de las personas te gustará si te gusta el periodismo, pues lo critico y lo analizo desde la perspectiva de un mundo que ha dado un vuelco en pocos años. Nada hay más  apasionante que el bombazo que ha supuesto la web social en la comunicación y el periodismo.

¿Sobre qué versa tu ópera prima?

Recoge lo que he aprendido en 20 años comunicando pero, sobre todo, en los últimos cinco en comunicación digital. Desde cómo ha cambiado el mundo del periodismo gracias a internet hasta consejos sobre digital para pequeñas y grandes empresas, blog y marca personal.

¿El título es irónico o realmente crees que el poder reside en las personas?

El título tiene una  parte de reivindicación -¡políticos, devolvednos el poder que siempre debió ser nuestro!- y otra de realidad constatable y que cuento con decenas de ejemplos que lo  prueban: el mundo  es más meritocrático gracias a que la web social ha penetrado en toda la sociedad. La agenda ya no la marcan solo los políticos y las  empresas: hoy también la marcan los ciudadanos. Me refiero a demostraciones de poder tan claras como casos de activismo hechos con plataformas como Change.org, que terminan en victorias de las personas frente a poderes públicos o grandes corporaciones. A hazañas como la de #médulaparaMateo en Twitter, que consiguió gracias a miles de personas lo que jamás había logrado la administración en donaciones de médula; a decenas de ejemplos de protestas o peticiones de clientes a grandes empresas, que supusieron cambios gigantes, etc. El libro tiene cientos de ejemplos que demuestran que hoy internet es el pegamento que nos hace poderosos, que el poder es de las personas.

¿Cómo ha sido tu primera experiencia como escritor “de pluma y tintero”?

Escribir el libro me ha resultado una tortura china, porque fueron meses de recopilar ideas y pasé muchas semanas sin comidas, cenas ni vida social. Un horror. En cambio, disfruté mucho con el reto y me ha dado mucho placer recibir mensajes de lectores y críticas tan favorables. Fue muy duro el sacrificio de meses, pero son tantos los premios para el alma que seguro que en tres o cuatro años -si aprendo cosas que merezca la pena compartir- me vuelvo a animar a ‘perpetrar’ otro.

¿Crees que un periodista, acostumbrado a escribir un máximo de dos páginas de Word para un reportaje y un mínimo de un twitt de 140 caracteres, lo tiene más o menos fácil para escribir un libro?

No soy quién para dar consejos. Me fue fácil porque estructuré las 288 páginas en capítulos de tres o cuatro páginas y porque cada uno es bastante independiente. Me admira quien hace una novela, porque  eso sí que requiere muchísimo más, en todos los sentidos. A mí me resultó divertido escribir el libro, igual que es muy fácil y muy entretenido de leer.

¿Cómo se encuentra el panorama actual del periodismo en esa supuesta crisis de valores en la que nos encontramos?

El periodismo está genial: nunca vivió tal efervescencia. Los medios antiguos, en cambio, están fatal: han perdido los papeles por un plato de sopa. Tres directores y sus cabezas, en la mesa del Gobierno; como respuesta, una ley (el canon AEDE), que busca algo tan penoso y sucio como comprar voluntades de esos medios antiguos que no saben ganar dinero de forma honrada. Prefieren entrar en un enjuague con el que se comprometen a ser suaves con el poder y, a cambio, este se inventa una ley despreciable que rompe el derecho de cita y la propia esencia de internet, el enlace. En medios digitales, como eldiario.es, vozpopuli, etc., hay mucha más independencia y búsqueda de la noticia. Esos nuevos medios y algunos blogs son la punta de lanza de la opinión libre y el periodismo del futuro.

Creaste junto a tu hermano Javier en 2001 la primera agencia de comunicación de España con una aplicación de gestión de contenidos para los periodistas, ¿crees que los gabinetes de prensa clásicos dejarán de existir en su forma clásica?

Deberán coexistir, ya que la evolución es clara: tenemos que trazar estrategias que unan el off y el on, pues al final se trata de hacer una sola comunicación y que sea coherente.

¿Cuál es el último libro sobre periodismo que has leído?

Me está gustando El mono feliz, que no es de periodismo, pero sí está escrito por un gran comunicador: Carlos Chaguaceda, ex director de comunicación de Coca-Cola.