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“Para escribir en la red se requiere de honestidad, responsabilidad y prudencia”

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“Siempre tengo la curiosidad por ver si seré capaz de escribir algo diferente a los demás”

Quien inicie la lectura de esta entrevista no debe esperar, como excepción, las reflexiones de una periodista. Pero eso es irrelevante cuando Fani Grande (@fanigrande) puede acercarnos, de la forma irónica, clara y “cañera” con la que suele expresarse por la red, valoraciones tan meditadas y de peso como las de cualquier profesional de la información. O, incluso, mejor.

Grande, presentadora de televisión, guionista, bloguera, gran “influencer” en internet y adicta a la lectura, ha colaborado en los diarios Levante EMV y El Mundo, en su delegación de la Comunidad Valenciana, donde ha mantenido sendas columnas de opinión. Es, además, autora de los blogs La filla del llaurador y El Fémur de Eva, cuyos post ha reunido recientemente en formato libro para el disfrute de seguidores virtuales, interesados y curiosos.

¿Cuándo te llegó ese interés por la escritura que tantas alegrías te está dando?

Escribo de forma continuada desde que descubrí que la escritura era y es una buena acompañante: cómplice, discreta y comprometida. Descubrí muy pronto que terminar el día escribiendo sobre cualquier cosa que me hubiese impactado, alegrado o apenado era un ejercicio sanísimo. Una manera de entrar en contacto conmigo misma, una forma de volver la mirada y ver qué había sido de ese día que terminaba. La escritura, a pesar de ser un acto bastante solitario, es un puente que me acerca a la otra orilla, que es donde están los demás. Porque sin los demás, la escritura no me daría nada.

¿Qué te caracteriza a la hora de escribir?       

Lo curiosidad. Es mi motor. Una insaciable curiosidad por saber siempre más y más acerca de algún tema sobre el que no sé nada o sé poco y que me despierta el primer interrogante. Escribir también tiene mucho de reto: escribir diferente de lo mismo. Siempre tengo curiosidad por ver si seré capaz.

¿Qué queda de aquella presentadora de A la babalà (Canal 9) con la que muchos niños comenzamos a escuchar la lengua valenciana en televisión por vez primera?

Pues queda lo mejor, creo: las ganas de comunicar y la pasión por el trabajo bien hecho. Y las ideas arremolinadas, muchos ratos, las ganas de hacer proyectos y la ilusión por contribuir con ‘lo mío’ a ‘lo de los demás’.

¿Crees que volverá a haber una televisión autonómica en la Comunitat Valenciana después de la caída de RTVV?

Sigo pensando que el cierre de RTVV fue una cacicada de Alberto Fabra. RTVV no ‘cayó’, RTVV fue saqueada, expoliada y reducida a cenizas desde dentro y desde fuera. Como afectada por el cierre, como valenciana y como contribuyente, lo único que quiero es que la justicia ponga ‘a la sombra’ a todos los que han contribuido directa o indirectamente a ese saqueo. Y que devuelvan el dinero. Quiero pensar que sí, que habrá nuevos medios públicos y que se hará esta vez a través de empresas de servicio público y no político.

¿Eres más de prensa, radio, televisión o digital a la hora de informarte?

Lo primero que hago por la mañana es ver la viñeta de Ortifus y escuchar a Juan Magraner. Acto seguido me ‘grapo el hígado’ (es un hashtag que utilizamos en Twitter #GrápateElHígado) y me adentro en los digitales. Hago repaso de todo: local, nacional, internacional. Y hago repaso de blogs: “Al hilo de…”, “Papaiona”, “En Zapatillas de estar por casa”, etc. Hay nivelazo y variedad en la blogosfera. Por televisión suelo ver algo de las tertulias políticas, pero gritan mucho y hablan todos a la vez, y no sé qué pasa que pongas lo que pongas acabas viendo a Marhuenda y a Inda como si viniesen de serie en los aparatos de televisión.

¿Crees que se está haciendo un buen periodismo a través de redes sociales o de blogs?

Sí, sin paliativos. Y buenos guiones, buena literatura. En las redes se puede ejercer todo si se hace de manera profesional.

¿Cómo se consigue tener influencia en estos soportes digitales, como sucede en tu caso?

Siendo honesto con lo que propones, lo que ofreces y lo que quieres expresar. Y con muchísima responsabilidad. Las redes sociales son como un coche deportivo: puedes pasar de cero a cien en muy pocos segundos y estamparte. Twitter es rapidísimo: un mal tuit, uno que sea ‘deshonesto’ con ‘tu marca’, te puede arruinar el trabajo de muchos días. Hay un arma de destrucción masiva de reputación llamada “retuit”, que hay que tener en cuenta a la hora de escribir. También es importante algo de prudencia. A esto le añades unos contenidos de calidad y una estética apropiada y lo único que te queda por sumar es un compromiso de periodicidad con quien te lee.

Estás presentando tu libro El fémur de Eva, ¿qué puedes adelantar de él? ¿Cómo está siendo la acogida del público?

Es una recopilación de los post más leídos de mi blog en Internet. Mis seguidores habituales van a encontrar mucho material nuevo y quienes no lo hayan leído antes van a tener un libro dónde ponerse al día sobre lo qué ha sucedido en los últimos dos años en el mundo. La acogida está siendo espectacular. Tengo mucha suerte de que los lectores estén tan implicados en este proyecto, que no hubiese sido posible sin ellos. Han sido sus lecturas las que lo han hecho posible. No me canso de darles las gracias.

¿Cuál es el panorama actual del sector editorial en España?

Parece que es un sector que se está revitalizando. Hay editoriales nuevas que están haciendo productos de gran calidad y apostando por el papel.

¿Se siguen consumiendo libros hoy en día?

Afortunadamente sí. El papel no está reñido con lo digital. Hay momentos para el Ebook y ratos para el libro. Además, no creo que acabe nunca el deseo de los lectores por abrir un libro y tocar sus páginas. Es un ritual al que no renunciaremos.

¿Has leído algún libro sobre periodismo últimamente que desees destacar?

Estoy leyendo Lluitant contra l’oblit, de Laura Ballester, que me parece un extraordinario trabajo periodístico y un texto imprescindible para calibrar hasta qué punto se hicieron las cosas mal en el peor accidente de metro de este país.