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“Quien abusa quiere silencio y las víctimas se mueren por chillar”

Xavier Aldekoa. Entrevista 360 Grados Libros
“Cuando alguien me da el privilegio de abrirme su vida, me parece un regalo que debo tratar con respeto y compromiso”

El compromiso del periodista con la sociedad y, sobre todo, con aquella más debilitada, que pasa graves penurias o que se encuentra sumergida en las tinieblas de un conflicto bélico debe ser inherente a su profesión. O al menos así lo creen informadores de raza como Xavier Aldekoa (@xavieraldekoa), que lleva seis años viviendo en Johannesburgo, Sudáfrica, y contando lo que le suceden a sus gentes en primera persona en todo el continente. También ha publicado un libro muy conectado a su trabajo y a sus experiencias allí: Océano África (Península Editorial, 2014).

¿Qué supone el periodismo para ti?

El periodismo es mi trabajo y mi forma de vida. Al final, afecta tanto a mi día a día y al de los míos, que va bastante más allá de una simple profesión. Me apasiona, además, así que de momento seguimos.

¿Cuáles son las claves para la elaboración de una pieza periodística de conflictos y paz veraz y de calidad?

Ser honesto, escuchar y trabajar mucho.

¿Esa idea actual de periodista ‘orquesta’ o multitarea se multiplica al cuadrado en el caso de un periodista de conflictos y paz?

África es un poco especial en eso. Al no ser un territorio informativamente prioritario, a veces hay que hacer varios trabajos y de diversos formatos para que salga a cuenta y cubrir gastos. Aun así, el concepto de periodista orquesta o multitarea se suele asociar a alguien que hace todo a la vez, así que huyo bastante de esa etiqueta. Si tengo que trabajar en varios formatos, le dedico más tiempo. Mucho más si hace falta. Así que al final no me considero una orquesta, sino una especie de solista que debe tocar varios instrumentos según el día.

¿Qué labor están cumpliendo, tanto positiva como negativa, las redes sociales para el mundo del periodismo y, sobre todo, para los corresponsales y reporteros de guerra?

Las redes sociales ayudan a visibilizar el trabajo, a hacer algún tipo de contacto y a mantener el contacto con amiguetes que haces por el camino. A mí me gusta tener feedback de lo que siente y piensa la gente. Aun así, soy consciente de que el aplauso Facebook o el piropo Twitter es irreal. Normalmente sólo opina a quien le ha encantado o a quien odia al mundo. Hay poco término medio, a menudo. Si eres consciente de ello, puedes sacar aprendizajes de las opiniones que te llegan también.

¿Qué diferencias y similitudes encuentras entre la prensa sudafricana en comparación con la española?

Hay medios buenos, no tan buenos y malos en los dos países. El Mail & Guardian, semanal, tiene un equipo de investigación, con financiación externa, privada y anónima, que ha sacado un porrón de casos de corrupción. Hacen muy buenos reportajes. En España creo que aún se hace buen periodismo. No todo ni siempre, pero hay compañeros, tanto en los medios convencionales como en los nuevos, o por libre, que son muy buenos.

¿Por qué le cuesta tanto a los conflictos en África hacerse un hueco en las páginas de medios de referencia españoles?

Porque los medios de comunicación informan, sobre todo, de lo influyente y no sólo de lo importante. A veces coinciden, pero no siempre. Si afecta a la civilización occidental, si toca alguna fibra de esa manera de ver el mundo, tiene interés. Y África aún está demasiado lejos para muchos. Y para occidente más.

¿Cuáles son los momentos más duros y también los más gratificantes que has vivido como periodista cubriendo los conflictos de países como Somalia, Angola o Zimbabue?

Conocer a personas admirables siempre es genial. Me es difícil quedarme con un momento concreto. Mi trabajo consiste en escuchar, así que cuando alguien me da el privilegio de abrirme su vida, me parece un regalo que debo tratar con respeto y compromiso. Lo peor es que veo que mucha gente lo pasa mal en el mundo y que, demasiadas veces, quien abusa quiere silencio y las víctimas se mueren por chillar. Y no las escuchamos.

¿Qué ambiente se respira a nivel periodístico en África con respecto a la caza furtiva?

El respeto al medioambiente debe ir de la mano del respeto al ser humano, porque si las comunidades son pobres, tienen menos opciones de cuidar la fauna salvaje o de preocuparse por ella.

¿Cuál es el último libro que has leído sobre periodismo o escrito por un periodista y que recomendarías?

Recomendaría que leyerais a Ander Izaguirre, por ejemplo. O a Daniel Burgui o a Jabois. Porque me gusta cómo escriben y la sensibilidad con la que ven el mundo. Pero también hay que leer a gente que no piensa como tú. Es la manera de acertar más veces.