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“Todo periodista suele llevar en su interior un escritor frustrado”

Pablo A. Iglesias. Entrevista 360 Grados Libros
“Cuando llevas el periodismo en la sangre el trabajo se disfruta como la mayor de las juergas y se aprende más rápido y mejor que el resto”

El periodista Pablo A. Iglesias (@pabloaiglesias) tomó las riendas de su carrera el día en que se dio cuenta de que nadie lo haría por él y fundó en 1997 uno de los primeros periódicos digitales españoles, LaSemana.es (@LaSemanaes), para defender la información de calidad desde la Red. Actualmente también es director de Información en la agencia Servimedia (@Servimedia), profesor de la Universidad Francisco de Vitoria y Doctor en Periodismo.

¿Qué palabras o conceptos definen el buen periodismo?

El buen periodismo está definido ante todo por la verdad. Sin llegar al fondo de los hechos, el periodismo no existe, pues se convierte automáticamente en ficción y, por lo tanto, en mentira. El periodismo sin verdad puede ser más entretenido, pero es falso, un engaño de grandes dimensiones que desgraciadamente la gente llega a comprar porque confía en los medios. Pero eso nunca será periodismo. En consecuencia, el periodismo se define a partir de las fuentes solventes, de la buena praxis profesional, de la calidad, del bien común y del interés humano sin perder en ningún momento la ética.

¿De qué manera trabajan desde Corresponsales de Paz por mejorar la calidad del periodismo y por la formación de los alumnos de Periodismo de la Universidad Francisco de Vitoria?

En primer lugar, intentamos evaluarnos a nosotros mismos porque sin reconocer los errores propios es difícil mejorar el periodismo. En segundo lugar, tratamos de formarnos para conocer mejor la realidad y las causas que desencadenan las noticias, dos factores esenciales para informar correctamente. En tercer lugar, buscamos aprender de quienes más saben y de quienes son un ejemplo a seguir en el buen ejercicio de esta profesión. En cuarto lugar, queremos sugerir herramientas e ideas con las que el resto de los periodistas puedan hacer mejor su trabajo. Y, por encima de todo, pretendemos fomentar la reflexión sobre la necesidad de regenerar el periodismo. La crisis ha puesto de manifiesto la conveniencia de regenerar la política y la economía. Pero el periodismo también necesita regenerarse para recuperar valores perdidos y trazar un sendero de futuro encaminado a informar desde la verdad, desde el bien común y desde la vocación de construir una sociedad mejor.

¿Qué función cumplen los investigadores y docentes de Periodismo para el crecimiento, mejora e, incluso, salvación del propio periodismo y de los medios de comunicación?

Los investigadores y docentes son fundamentales para el periodismo. Los periodistas que peleamos cada día por y para la información podemos caer por las urgencias y exigencias de los medios en malas praxis hasta apartar a nuestros medios del verdadero camino a recorrer. Los investigadores y docentes que están en la universidad nos recuerdan constantemente de dónde salimos, lo que aprendimos en las aulas y lo que nunca debemos cambiar. Deberíamos escuchar su voz como a la conciencia que retumba en nuestra cabeza. Además, son un motor de investigación y reflexión esencial. La universidad es el ágora del saber, donde nos forjamos como personas y como profesionales. Quienes tenemos la suerte de compaginar la faceta informativa y la docente lo sabemos bien y supongo que, por eso, lo valoramos más.

¿Cree que es más complicado explicar a sus alumnos universitarios lo que es el buen periodismo o practicarlo en sus publicaciones?

Cuando los principios están claros y son firmes, ambas cosas resultan muy sencillas. Pero de lo contrario puede antojarse complicado. La vorágine del día a día nos empuja (por estrés, por presiones jerárquicas, por tentaciones competitivas o por obligaciones económicas) a cometer deslices incompatibles con el buen periodismo. Evitarlo suele ser posible desde la convicción de cuáles son los valores a los que jamás se debe renunciar. Por desgracia, en algunos medios de comunicación tenemos ejemplos de anti periodismo con gran éxito de audiencia. El profesor universitario que explica a sus alumnos que eso que recibe la etiqueta de buen periodismo en realidad no es tal suele ser incomprendido de inicio y tomado por loco después. Pero con perseverancia y sobre todo con el ejemplo es posible demostrar a cualquiera que el Periodismo debe regirse por unas normas que nadie debe quebrantar porque la credibilidad que está en juego es la de todos.

Como fundador de uno de los primeros periódicos digitales españoles, LaSemana.es, ¿qué cree que han supuesto Internet, las redes sociales y la aparición de medios nativos digitales como el suyo para la evolución del periodismo y de la profesión de periodista?

Internet es la cuarta gran revolución del periodismo. Tras la imprenta, la radio y la televisión ha llegado un nuevo soporte -que no medio de comunicación- capaz de englobarlos a todos y de aprovechar lo mejor de cada uno. Internet y, más recientemente, las redes sociales han multiplicado exponencialmente las posibilidades del periodismo. Ahora crear un medio de comunicación es más barato, más rápido, más productivo y más interactivo que nunca. Por lo tanto, gana el ciudadano y ganamos los periodistas. Pero también hay riesgos. El primero es pensar que todo lo que hay en Internet es periodismo, cuando no es cierto, pues hay millones de fuentes pero entre ellas hay que saber distinguir las fiables. Otro factor negativo es el mal uso de la inmediatez, que de ser ventaja pasa a inconveniente en la misma décima de segundo en la que por ejemplo se pulsa el botón de tuitear. El exceso de información, el consiguiente ruido con toda clase de rumores, el mal llamado periodismo ciudadano, la precarización y los abusos laborales son otros aspectos a corregir. Pero, por suerte, el buen periodismo sobresale siempre y se impone por encima de todo lo demás.

Este medio digital apuesta por los jóvenes periodistas. ¿Cuál es el futuro que les espera a quienes recientemente se han graduado en Periodismo visto el panorama de precariedad que se les presenta?

Los periodistas llevamos muchos, muchos, muchos años con negras perspectivas a la hora de incorporarnos al mercado laboral. Por eso en 1997 un grupo de estudiantes creamos LaSemana.es con el fin de aprender por nosotros mismos y de adquirir la experiencia que otros no estaban dispuestos a brindarnos. Después de 18 años mantenemos el mismo espíritu porque sigue habiendo muchos jóvenes que quieren ser periodistas y necesitan oportunidades como esta. Estudian y trabajan a la vez, algunos de ellos en varios medios al mismo tiempo. Creo que el único consejo infalible sigue siendo trabajar, trabajar y trabajar. Cuando llevas el periodismo en la sangre y la vocación corre a raudales por las venas, el trabajo se disfruta como la mayor de las juergas y se aprende más rápido y mejor que el resto. Ese es el único ‘truco’ que conozco, el que ha permitido triunfar a buenos amigos con los que empecé y que ha convertido en estrellas a maestros a los que admiro profundamente.

¿Cuál es el “encanto” periodístico de trabajar en un medio radiofónico y en uno televisivo? ¿Qué competencias profesionales aporta cada soporte a un periodista?

Todos los medios de comunicación son apasionantes, cada uno con lo suyo. La radio es magia pura por la inmediatez y por el sonido como único referente, lo que facilita que la imaginación se desborde y trabaje más que en otros soportes. En cambio, la televisión nos da casi todo hecho hasta el punto de acunar nuestras neuronas. La ventaja de la pequeña pantalla es que sigue siendo el primer medio de masas, con una enorme notoriedad y repercusión. Es el medio perfecto para los vanidosos y, al fin y al cabo, todos los periodistas llevamos en nuestro interior un egocentrista en potencia. A lo largo de casi 20 años en la profesión, la radio me ha dado los mejores momentos al lado de maestros como Félix Madero, Elena Gijón, María José Sastre, Ramón García, Ángel Expósito o Nacho Abad y me ha enseñado la esencia del periodismo: la noticia, el dato, la inmediatez, la pregunta directa y el testimonio certero. En la televisión aprendí de Hilario Pino el complejo arte de narrar historias visuales y he comprendido cerca de Antonio San José, Sandra Golpe, Víctor Arribas, Irene Cacabelos, María Vico o José Luis Pérez que la humildad y el buen periodismo jamás deben quedar atrás.

¿Cuáles son las características que deben cumplir un acto, un evento o una historia para que sean susceptibles de ser cubiertos por una agencia de noticias como Servimedia?

Servimedia es la agencia de noticias líder en información social. Por lo tanto, prestamos atención prioritaria a historias y acontecimientos vinculados al tercer sector en España. Pero Servimedia hace mucho más y es ante todo un medio de comunicación. Como tal, persigue la noticia en cualquier acto o evento donde surja. Durante 12 años he tenido la oportunidad de escribir miles de teletipos sobre política para la agencia desde los rincones más insospechados, muchas veces sentado en el bordillo de una calle e incluso apoyado sobre una papelera. Porque la noticia está en todas partes y se escribe donde te pille. Ahí es donde siempre está el origen de una información y las agencias de noticias encarnan esa función más y mejor que ningún otro medio de comunicación, más aún cuando sus periodistas desarrollan el trabajo de forma casi anónima, sin la fama de la televisión ni el prestigio que concede la firma en un periódico. Trabajar en una agencia de noticias es trabajar para los demás, siempre procurando la máxima objetividad y pensando en el ciudadano como último destinatario.

¿Es posible no posicionarse políticamente cuando se trabaja para un medio de comunicación generalista?

No sólo es posible, debería ser una obligación. El periodista trabaja en una empresa informativa, que es quien le paga, pero en última instancia trabaja para la sociedad. Este sentimiento vocacional no deberíamos perderlo nunca por utópico que suene y por frustrante que resulte en el día a día. Todos tenemos nuestras ideas, pensamientos e inclinaciones ideológicas pero a la hora de contar lo sucedido debemos dejarlas al margen. Tenemos que posicionarnos en la verdad y eso sólo se consigue desde un profundo ejercicio de honestidad con uno mismo y con los demás. En este sentido, hay que resucitar la separación tradicional de los géneros periodísticos, según la cual la información es el antagonismo de la opinión. Del mismo modo que reclamamos separación de poderes al Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial tenemos que garantizar que los periodistas separemos la información de la opinión. Actualmente hay demasiados formatos que mezclan ambas cosas hasta confundir al ciudadano y eso no es bueno para el conjunto de la sociedad y tampoco para el periodismo.

¿Cuál es el panorama actual del sector editorial en el campo de los libros escritos por periodistas, sobre todo en la publicación de estudios e investigaciones periodísticas? ¿Reciben interés?

Todo periodista suele llevar en su interior un escritor frustrado, así que el placer que genera publicar un libro no tiene precio. Gracias a Dios hay muchos y buenos periodistas que han dado el salto de los medios a las librerías hasta el punto de abandonar la información para dedicarse a la ficción. Seguramente todos haríamos lo mismo en caso de alcanzar su calidad literaria. Las editoriales recurren a periodistas, especialmente cuando salen en televisión, porque eso les garantiza una difusión y unas ventas que con autores desconocidos no alcanzan. Hay otro aspecto positivo y es que los periodistas suelen escribir bien y están acostumbrados a contar historias de manera atractiva, lo que facilita que sus libros sean más entretenidos y fáciles de leer.

¿Cuál es el último libro que leído sobre periodismo y cuál recomendaría?

Actualmente tengo varios libros sobre la mesilla y algunos están relacionados con el periodismo. Este mismo verano leí La granja humana, de un gran compañero como es Jorge Bustos, un periodista con una pluma envidiable y al que la profesión está reconociendo justamente en las páginas de El Mundo. Tengo pendiente de acabar Mañana será tarde, de José Antonio Zarzalejos, otro periodista veterano al que admiro desde su época de director de ABC por su capacidad para analizar y explicar la realidad de España.