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“Ahora un periodista ya no es su agenda, sino su barra de Favoritos”

"El fútbol solo es un deporte cuando te calzas las botas y saltas al campo a practicarlo, sino es un negocio que fagocita a cualquier otra disciplina"
“El fútbol solo es un deporte cuando te calzas las botas y saltas al campo a practicarlo, sino es un negocio que fagocita a cualquier otra disciplina”

Una vida marcada por el rugby. Con 16 años se fracturó el fémur practicando este deporte, lo que mantuvo al periodista Fermín de la Calle (@FermindelaCalle) dos años en silla de ruedas y le enseñó también a pelear y a no tirar nunca la toalla. Ha cubierto mundiales, el VI Naciones y presentado el programa Hemisferio Rugby junto a Michael Robinson desde Canal+. Ha trabajado durante años para el Diario AS y actualmente combina sus labores de colaborador en medios como Eurosport, Voz Pópuli, Jot Down y Revista Líbero, publicación que se aleja de los gritos del campo y que mima la imagen desde una perspectiva mucho más artística.

Te consideras un periodista por vocación, ¿es necesaria para que una persona decida enfrascarse en este terreno laboral tan complicado?

Siempre me llamó la atención el periodismo. Es necesaria según para qué cosas. Creo que en un panorama tan complicado como el periodismo actual, ayuda a que uno disfrute de lo que hace en medio de un contexto difícil. Pero hay también gente que ha encontrado en esto una forma de vida sin tener una vocación por ello.

Has tocado prensa, digital, televisión y radio, ¿qué te aporta cada soporte a nivel periodístico? 

Cada soporte es diferente y fascinante. La prensa, en mi proceso de formación, ha sido la base. Para mí respetar y cultivar los géneros periodísticos ha sido primordial porque mis redactores jefes hacían mucho hincapié en ello. Y es algo que agradezco, especialmente ahora que se cuidan tan poco. El reportaje, la entrevista y la crónica, son para mí el ABC. En la radio comencé y tiene el encanto de la naturalidad y la espontaneidad del directo, además de ser el soporte que más feedback presentaba hasta la llegada de las redes sociales. En la televisión tengo la suerte de haber trabajado y sigo colaborando en Canal +, que para mí es la cadena que mejor trabaja la edición y el montaje del producto audiovisual. Y en lo digital creo que es un reto porque uno no deja de aprender, al ser un soporte que va mutando casi diariamente. Dejé una posición cómoda y privilegiada en el papel, tras 15 años en Diario AS para enfrentarme al desafío digital y es una decisión que volvería a tomar ahora mismo. Me gusta la sensación de incertidumbre, abandonar la zona de confort. Odio acomodarme.

¿Qué debe tener una noticia o un reportaje radiofónico para ser atractivo para el oyente y, al mismo tiempo, contener valor periodístico? 

Evidentemente, lo radiofónico tiene que jugar con el sonido, que es su atractivo. Yo diría que por encima de todo la historia debe ser buena, da igual el formato que se elija. Pero, en el contexto radiofónico, a la narración hay que sumarles testimonios y voces diferentes. Sin duda. Cuanta más variedad, más credibilidad.

¿Se hace actualmente un buen trabajo periodístico a través de las redes sociales? ¿Qué cualidades debe presentar ese buen trabajo periodístico en las redes? 

Concibo las redes como la autopista por la que circula el producto periodístico. Así que el trabajo periodístico es independiente del canal que se utiliza. Aunque sí hay matices que dependen de la red seleccionada. Por ejemplo, si es twitter, se mira la hora de publicación por el tráfico, o coincidiendo con un determinado evento, se trabaja un hashtag, se involucra a influencers. Si es Facebook se trabaja de manera diferente porque se hace más hincapié en una buena imagen para aumentar el engagement de inicio. Y luego está Pinterest, que aquí se está trabajando menos que en Estados Unidos.

¿Crees que el periodismo deportivo podría existir sin la subjetividad, las coletillas, frases hechas y vicios más o menos aceptados que practican muchos de sus periodistas bandera?

No creo en la objetividad, pero sí en la honestidad o al menos en la no intencionalidad. Uno debe contar lo que ve de la forma más aséptica posible. Y que luego sea la audiencia la que opine, interprete o evalúe. De hecho, me preocupa que el periodismo en general haya caído en el error de mezclar la información con la opinión con demasiada frecuencia. Se editorializa la información y con ello se están perdiendo géneros periodísticos en los que el rigor es innegociable. En el periodismo deportivo siempre se han tomado ese tipo de licencias. Al ser menos trascendental por su temática de ocio, se permite esas concesiones. Pero el problema es que de un tiempo a esta parte, los periodistas deportivos (y muchos generalistas) han desvirtuado el proceso. Ahora lo importante parece ser el periodista y no la información que ofrece. Y eso está haciendo mucho daño al oficio.

¿Qué requiere un buen periodismo deportivo según el soporte en el que se difunda? 

Para mí honestidad, trabajo y mucha calle. Estamos creando periodistas de redacción que bucean por internet con una habilidad sorprendente, pero que al final lo que hacen es rastrear el resto de medios. Refritos de noticias que posiblemente ya han sido refritos antes. Creo que las historias hay que salir a buscarlas. Siempre se dijo que un periodista era su agenda. Ahora, un periodista es su barra de Favoritos. Echo en falta más calle, más cara a cara.

Eres un gran amante del rugby y, a su vez, difusor y potenciador a nivel periodístico. ¿Qué te da este deporte? ¿Son los propios periodistas y la sociedad los que siguen manteniendo deportes como el rugby como minoritarios en pro del fútbol?

El rugby me ha dado mucho de lo que soy. Me fracturé el fémur con 16 años y estuve dos años en silla de ruedas. Pero el rugby me enseñó a pelear y no tirar nunca la toalla. Hoy, con 41, sigo jugando junto a compañeros de 19 y 20 años. Sobre la convivencia de los diferentes deportes, el fútbol solo es un deporte cuando te calzas las botas y saltas al campo a practicarlo. En todo lo demás, el fútbol hace años que es un negocio que fagocita a cualquier otra disciplina. Pero afortunadamente hay deportes minoritarios que sus practicantes protegen y transmiten de una generación a otra.

¿Qué hace falta para que se equilibre la balanza de protagonismo de los diferentes deportes en medios de comunicación? ¿Sucederá algo así en España o es una utopía? 

Creo que cada deporte debe ser coherente con su realidad y trabajar dentro de unos límites. Es absurdo pensar que el rugby va a ser tan seguido como el fútbol. Sin embargo, todos sabemos que cuando llega el VI Naciones o el Mundial, se dispara la exposición en los medios y la audiencia. Y es ahí donde debemos poner el acento para acercar nuestro deporte a los demás. Y lo mismo pasa con el ciclismo y las tres grandes vueltas, el tenis y los cuatro torneos del Grand Slam.

Colaboras también en la revista Líbero, una publicación cuidada y profesional, que mima la imagen desde una perspectiva más artística y con textos mucho más literarios que recuerdan a otros lanzamientos como el de Yorokobu. ¿Qué opinión te merece esta revista? ¿Qué aporta al periodismo deportivo y futbolístico en concreto?

Este tipo  de periodismo artesanal tiene, para empezar, un gran mérito por parte de sus editores, que sacan adelante la publicación con mucho esfuerzo. Creo que se cuida mucho el contenido, se trabaja dejando madurar los artículos y la maquetación es clave en el desarrollo de cada publicación. Aportan calidad y preservan una serie de cosas que el periodismo de consumo rápido ignora. Buena edición, redacción muy cuidada, temas de consumo poco habitual. Creo que se acercan mucho al periodismo puro.

¿Cuál es el último libro que has leído sobre periodismo y que recomendarías?

Al colaborar en medios diferentes, tengo la costumbre de trabajar simultáneamente en varios textos. Y leyendo me pasa algo parecido porque suelo leer a la vez varios libros de temáticas diferentes: política, periodismo, deporte. Sobre periodismo, acabé The Paris Review, un libro que recopila las mejores entrevistas de esa publicación, y ahora ando con un pequeño gran libro, La Escritura Transparente, de William Lyon. Es muy recomendable.

¿Algo más que te apetezca añadir o valorar?

Recomendar a la gente que lea, en el formato que quiera, en el soporte que le venga en gana, pero que lea. Leer y tener curiosidad son el agua y el pan del periodista.